El laberinto de las deudas: una realidad más común de lo que piensas
Permítanme empezar diciendo que, en definitiva, este es un tema muy común en la mayoría de personas. Caer en deudas es algo que le puede pasar a cualquiera, a veces por imprevistos, y sí, que en algunas ocasiones por malas decisiones terminan por endeudarse. No siempre es por gastos desmedidos, a veces son decisiones complejas, ya sea por por este por un tema directo o tal vez por malas decisiones al momento de invertir. Lo importante es que no estás solo en esto y, lo más crucial, es posible salir.
Mi punto de partida: Cuando la realidad de 3 deudas te golpea
Yo sé exactamente lo que se siente estar abrumado por las deudas. En mi experiencia, yo he tenido cerca de tres, tres deudas que tenía con tres bancos. Y no eran montos pequeños. Eran con dos bancos, dos de los bancos más grandes del Perú y uno que es de una financiera intermedia. Tener múltiples frentes abiertos añade una capa extra de estrés y complicación a la situación.
El impacto inesperado: Deudas, pandemia y una familia que mantener
Mi situación se volvió particularmente desafiante. A raíz de esta situación y más aún sin tener un trabajo fijo por el tema del COVID. Sí, esto pasó por la época de COVID, lo que significa que la incertidumbre económica era altísima. En un contexto así, sin la seguridad de un ingreso constante, se complicó mucho más todavía comenzar a pagar las deudas pendientes. Y la presión no venía sola, venía acompañada de responsabilidades. Más aún cuando uno tiene familia y demanda gastos como de de alimentación, ropa, ¿no? y educación. Es ahí cuando te das cuenta que no solo es tu problema, sino que afecta a quienes más quieres. La necesidad de encontrar una solución se vuelve urgente.
La previsión que salvó el día: Crear un respaldo en tiempos inciertos
Curiosamente, un paso que di antes de que la crisis se agudizara jugó un papel clave. Parte del del plan que que yo me propuse ¿no? en ese momento fue formar una pequeña empresa con RUC 20. No lo hice pensando directamente en las deudas que vendrían, sino como una medida de previsión. De hecho, en el 2019, previo al COVID, yo ya había más o menos proyectado que si llegara a pasar alguna alguna una situación como como de en el tema laboral, quería tener un respaldo o un plan para tener este empresa ya creada. Y el momento llegó. Creé la empresa y, como comenté antes, cuando llegó la época del COVID, pues definitivamente muchas empresas pararon sus proyectos y la empresa en la cual yo estaba laborando pasó lo mismo. Esa previsión se convirtió en un salvavidas inesperado.
Tocar fondo para empezar a construir: Analizando mi situación con Excel
El primer paso para salir del hoyo es saber cuán profundo es. Lo que comencé es a a primero a armar un un Excel, ¿no? con todos los gastos que tenía. Anotar cada gasto, cada ingreso, cada deuda con sus intereses. Fue un ejercicio de pura honestidad financiera. Y al verlo todo plasmado, la verdad es que la imagen no era alentadora. Y en definitiva me daba cuenta que que no no podía pagar ninguna de las tres deudas. Era una realidad dura, pero necesaria de aceptar para poder trazar un camino real.
Mi plan de escape a 3 años: Estrategia para pagar una a una
Aceptar la realidad me llevó a la acción. Si no podía pagar todas a la vez, necesitaba un plan. Entonces lo que hice fue armar un plan a 3 años. Un horizonte temporal realista. Un plan donde cada año debería yo pagar cada uno de los bancos. Y la lógica detrás de esto fue simple y estratégica: empezando por lógicamente por la deuda más pequeña, ¿no?. Esta estrategia, a menudo llamada «bola de nieve», te da victorias rápidas que te motivan a seguir adelante.
Primer paso: La deuda pequeña y la paciencia estratégica
Con el plan en mano, el foco estuvo en la primera deuda: la de la financiera intermedia. Empecé por esta pequeña financiera, pero mi enfoque de pago no fue el convencional. Decidí no desgastarme en pagos mensuales que sentía que no me acercaban a la meta rápidamente. En lugar de eso, la estrategia fue distinta: pero este no no en realizar pagos mensuales, sino simplemente en esperar a que esa deuda tal vez bajara por algún tema de de de oferta, promoción, que a veces tienen las entidades cuando este en definitiva pasas por ese tipo de situaciones y no puedes pagar de manera mensual y en definitiva, por ende toda la deuda, ¿no?. Es decir, mantuve la calma, no me apresuré, y estuve atento a oportunidades para liquidarla con un descuento.
El poder del ahorro y las oportunidades inesperadas
Mientras esperaba esa oportunidad, ¿qué hacía? Ahorrar, sin parar. Y como yo ya había o planificado como les decía en un Excel todos mis gastos, entonces un porcentaje de lo que yo me sobraba mes a mes yo lo ahorraba, ¿no?. Cada sol extra, cada gasto reducido, iba directo a ese fondo. La disciplina fue clave. Y la estrategia de la paciencia dio frutos. Terminó el primer año y recibí una buena oferta de esta financiera que me permitió liquidar la deuda. Eso es lo que lo que hice y el primer año pagué la primera financiera. Una victoria, un gran respiro, y la confirmación de que el plan funcionaba.
Afrontando las grandes: Negociación y superando incluso procesos judiciales
Con la primera deuda fuera del camino, el plan siguió su curso. Y para no extenderme más en el tema, lo mismo pasó con la segunda entidad bancaria en el segundo año y con la tercera entidad bancaria que era la mayor cantidad de deuda también. Cada año, enfocado en la siguiente deuda más pequeña o en la que lograba mejor acuerdo. La situación con el banco de la mayor deuda fue la más compleja; incluso con la tercera entidad bancaria eh estaba ya iniciándose un proceso de cobranza judicial, ¿no?. Es una situación aterradora, te sientes acorralado. Pero incluso en ese escenario extremo, hay opciones. Pero que gracias a Dios, con el tema de poder negociar con la entidad bancaria, mi situación, logré que me escucharan. La comunicación y la disposición a buscar una solución son vitales. Entonces este se pudo pagar un monto en en acuerdo con con la entidad bancaria y de esa manera pues terminé de pagar esas tres grandes deudas.
Mis claves personales: Cómo salir de las deudas es posible con planificación y actitud
Hoy puedo mirar atrás y ver el camino recorrido. Desde la abrumadora situación inicial, la incertidumbre del COVID y la falta de trabajo fijo, hasta el día en que pagué la última cuota. Y esto es un pequeño artículo donde me permite expresar de manera personal cómo tú puedes salir de las deudas planificando, organizándote, ser consecuente con el ahorro. Son los pilares fundamentales. La planificación te da el mapa, la organización te permite ver el camino, y la constancia en el ahorro te da el combustible. Pero más allá de las técnicas, hay algo fundamental: la mentalidad. Y en definitiva este en definitiva tener esa actitud ¿no? de ganadora, de de que tú puedes salir de las deudas, ¿no?. Creer en ti mismo, mantener la disciplina y no rendirse, incluso cuando la situación parece imposible, eso es lo que realmente marca la diferencia.
Salir de las deudas no es magia, es un proceso que requiere esfuerzo, inteligencia y resiliencia. Pero es un camino totalmente transitable, y la recompensa –la libertad financiera y la tranquilidad mental– no tiene precio. Si yo pude, tú también puedes.